En la sociedad, estamos en una cultura que celebra la belleza inalcanzable. Este rasgo nos obliga a tener deseos físicos de perfección, lo que puede generar frustración cuando no cumplimos con esos estándares.
Vale la pena señalar que los cuerpos de la mayoría de las personas no se ajustan a esta imagen «ideal«. La verdad es que todos tenemos cuerpos diferentes y únicos, y ningún cuerpo necesita ser perfecto para vivir una vida sana.
La presión constante para alcanzar ciertos estándares de belleza puede tener efectos negativos en nuestra salud mental y emocional, así como en nuestra relación con la comida. Muchas personas recurren a dietas extremas o comportamientos alimenticios poco saludables en un intento de alcanzar el «cuerpo perfecto», lo que puede conducir a trastornos alimentarios, baja autoestima y una relación disfuncional con la comida.
Es importante desafiar esta narrativa cultural y adoptar una perspectiva más compasiva y realista hacia nuestros cuerpos. En lugar de querer tener el cuerpo que casi nadie tiene, debemos enfocarnos en cultivar la salud mental y el bienestar en todas sus formas. Esto implica, aceptar y amar nuestros cuerpos tal como son, reconociendo su diversidad y valor más allá de su apariencia externa.
Castigarnos a nosotros mismos y que no nos guste nuestra apariencia puede impedirnos cuidarnos bien. Es importante entender que no es justo ni bueno responsabilizar a nuestro cuerpo por no alcanzar ciertas condiciones de belleza.
Aceptar nuestros cuerpos y a nosotros mismos es la forma más importante de desarrollar una relación positiva. Comprender y apreciar los diferentes cuerpos que existen y la singularidad de cada cuerpo nos ayuda a acercarnos a la aceptación y la positividad.
Hay diferentes tipos de vida y cada cuerpo merece ser amado y respetado sin importar su apariencia. Aprender a aceptarte tal como eres es el primer paso para vivir una vida más auténtica.
Directora de la Fundación Alimente
Tras lidiar con la obesidad y las adicciones he impulsado la Fundación Alimente para que más personas puedan beneficiarse del tratamiento de adicción a comer que tanto me ha ayudado.