Si al llegar a la edad adulta has engordado y no has vivido la experiencia de gordura de pequeño te has librado de algunos problemas pero por supuesto no de todos.
Tus padres, esos seres humanos que te quieren muchísimo (a veces) pero que no siempre saben cómo se hacen las cosas, es probable que se preocupen por ti y tu gordura ¿porqué? porque toda la sociedad está preocupada por eso, ellos no van a ser la excepción.
En este artículo te vamos a dar respuesta a las variadas maneras que tienen de «querernos» o «preocuparse de nosotros» las personas que nos dicen que debemos adelgazar. El artículo es para tu propio conocimiento, te aconsejamos que no gastes demasiada energía en aleccionar al resto y que en cambio utilices estos conocimientos para que sus comentarios te resbalen.
«Con la cara tan bonita que tienes sólo que adelgazaras… » (está claro, tú cuerpo es UN fallo)«
Es común escuchar comentarios bien intencionados pero hirientes sobre nuestro aspecto físico. Frases como «con la cara tan bonita que tienes, deberías adelgazar» solo refuerzan la idea de que nuestro valor como personas está intrínsecamente ligado a nuestro peso. Esta presión constante puede afectar profundamente nuestra autoestima y autoimagen, llevándonos a desarrollar una relación negativa con nuestro cuerpo.
Estas semillas de autocrítica florecen en formas de ansiedad, depresión y trastornos alimentarios.
Además, estos comentarios pueden perpetuar un ciclo de vergüenza y culpa en torno a la comida y el ejercicio, creando una relación disfuncional con nuestro cuerpo y nuestra salud. Es importante reconocer el impacto profundo y duradero que tienen las palabras sobre nuestro bienestar emocional y mental, y abstenerse de hacer comentarios sobre el cuerpo de los demás.
«¡Ojo! que no te deje por otrx«
La idea de que la única posibilidad de belleza reside en un cuerpo delgado es falsa. Pero cuando algo falso se repite sin descanso (en todo el entorno que te rodea, en los productos culturales, en los medios de comunicación y finalmente en la cabeza de uno mismo) esa falsedad se diluye y comenzamos a darla por buena.
Por eso es tan habitual que las personas con sobrepeso y obesidad no se sientan sexys o potenciales objetos de deses. Llevamos toda la vida oyendo frases como: «si engordas te dejará por otra» y viendo pelis o leyendo libros en los que no hay papel romántico representado por una persona gorda.
Esta mentalidad alimenta la discriminación y el autorechazo al cuerpo. Muchas personas llegan a disociarse de su cuerpo y dejan de querer cuidarlo. No quieren ni mirarse al espejo o verse desnudas como para pensar en tener sexo con alguien.
Por eso hemos de ser muy precavidos con estos mensajes que transmiten que no se puede ser deseable por estar gordo. No es cierto, hay muchas personas en el mundo con muchos gustos distintos y la mayoría de nosotros sabemos apreciar la belleza de muchas formas y cuerpos diferentes.
«Te lo decimos porque te queremos»
El amor y la aceptación incondicional deberían ser fundamentales en cualquier relación, pero demasiado a menudo se condicionan al cumplimiento de ciertos estándares de belleza. Esta forma de amor condicionado puede generar sentimientos de inadecuación y culpa en quienes no cumplen con esas expectativas, reforzando la idea de que no son dignos de amor tal como son.
La creencia de que la obesidad es simplemente el resultado de la falta de voluntad o disciplina es simplista y errónea. La complejidad de este problema va mucho más allá de simplemente «comer menos y moverse más». Factores genéticos, socioeconómicos, psicológicos y ambientales juegan un papel crucial en la regulación del peso corporal.
Cuando le decimos a una persona que DEBERÍA adelgazar, por mucho que lo hagamos desde el amor, hemos de tener en cuenta que esa persona:
1. Sabe perfectamente cómo es su cuerpo. No le estamos descubriendo nada.
2. Quizás no tiene ningún problema ni de salud, ni con su cuerpo
3. Probablemete ha probado miles de veces a hacer dieta PERO LAS DIETAS NO FUNCIONAN.
Así que lo que estamos haciendo es empujarla a un callejón sin salida lleno de frustración.
Por último: «Es fácil come menos y quema más«
Este tipo de comentarios demuestran una profunda falta de conocimientos sobre la complejidad de la obesidad y la dificultad que conlleva perder peso y mantenerlo a largo plazo. A pesar de que parece tener toda la lógica del mundo todas las publicaciones ciéntíficas de los últimos años refutan este axioma que tanto daño ha hecho a las personas gordas.
Culpar a las personas con sobrepeso u obesidad de su condición solo perpetúa el estigma y la discriminación, en lugar de abordar las verdaderas causas del problema. La obesidad es una condición multifactorial influenciada por una combinación de factores genéticos, metabólicos, socioeconómicos, psicológicos y ambientales.
La simplificación de la obesidad como una cuestión de «falta de voluntad» o «pereza» ignoran la complejidad del tema. Por lo tanto, si alguien nos dice esto, el consejo es que por un oído te entre y por otro te salga y que no entres en debate. Como si te hubiera dicho que la tierra es plana, sabes que se equivoca pero ¡qué pereza tener que convencerle de lo contrario!
¡Déjate ya de tonterías: es por tu SALUD!
Si bien es cierto que la obesidad tradicionalmente está asociada a ciertos riesgos para la salud, como enfermedades cardiovasculares o diabetes, no es la única variable a considerar. Además también hay revisiones recientes de estos estudios que comienzan a desvincularla de muchos riesgos no tan claro que se le habían atribuido.
Los estudios han demostrado que las personas con sobrepeso u obesidad no necesariamente tienen una esperanza de vida más corta que aquellas con un peso considerado «normal». De hecho, en ciertos escenarios, la obesidad puede incluso tener efectos protectores, como lo señalan investigaciones recientes (ver referencia: La paradoja de la obesidad: cuando pasa de ser un factor de riesgo a protector).
En conclusión, es fundamental cuestionar y desafiar las narrativas dañinas que rodean al peso corporal y reconocer la diversidad de cuerpos y experiencias. En lugar de enfocarnos en la estigmatización y la culpabilización, deberíamos promover la aceptación, el respeto y la inclusión de todas las personas, independientemente de su tamaño o forma corporal. Es hora de cambiar el discurso y construir un mundo donde todos podamos sentirnos valorados y aceptados tal como somos.
Directora de la Fundación Alimente
Tras lidiar con la obesidad y las adicciones he impulsado la Fundación Alimente para que más personas puedan beneficiarse del tratamiento de adicción a comer que tanto me ha ayudado.